• RAZA AUTÓCTONA CABRA PAYOYA
Quesos y experiencias Crestellina

Las cabras payoyas, son la leche

Nuestras cabras son payoyas. Son las que nuestra familia siempre ha tenido. Y son tan importantes que les hemos dedicado su propia sección. Cuando llegues al final del texto entenderás que no solo son importantes para nosotros, sino también para ti.

La cabra payoya es una raza caprina autóctona de la Sierra de Grazalema y la Serranía de Ronda, en la provincia de Cádiz y Málaga, España. Es decir, son únicas en su especie. Son las primas pequeñas de las cabras montesas, osea, son medio salvajes y no son capaces de vivir confinadas en una granja. Necesitan montañas escarpadas, riscos y crestas como las de nuestra sierra para ser felices. Imagínate como debe ser la leche de unas cabras que siguen una estricta dieta mediterránea y que están todo el día escalando roca arriba, roca abajo. Muchos la consideran la mejor de todas las leches de caprino, en pocas palabras, ¡su calidad es la leche!

Aunque casi todos la conocen por el nombre de payoyas, en Casares siempre las hemos llamado serranas. En Cortes de la Frontera cortesanas . En Montejaque, montejaqueñas. El nombre con el que se ha popularizado viene del gentilicio de Villaluenga del Rosario (los payoyos y las payoyas). En este pueblo de la Sierra de Grazalema es donde mayor censo hay.

Cabras en peligro de extinción y sus ángeles de la guarda

Pues ahora llega la parte triste: es una raza autóctona en peligro de extinción. Como lo lees. Quedan menos de 10 mil ejemplares en toda Andalucía.

Es por eso que, en los 90 se creó la Asociación de Criadores de la Cabra Payoya, para velar por su supervivencia, su mejora genética y concienciar sobre su importante papel medioambiental. Esta última parte nos la tomamos especialmente en serio y por eso, desde hace una década, organizamos actividades para colegios y, desde hace dos años, ofrecemos visitas para cualquier persona que quiera conocerlas y catar los quesos que hacemos con su increíble materia prima.

Los cabreros que custodiamos a estas cabras somos como sus ángeles de la guarda. Pero también debes saber que los cabreros también estamos en peligro de extinción.

Lamentablemente es una profesión denostada, olvidada y relacionada a tiempos de pobreza y escasez. Nadie quiere ser hoy día cabrero y si las cosas no cambian y no hay relevo generacional, pronto dejaremos de existir, como dejarán de existir las payoyas. La verdad que no lo entendemos, porque en Crestellina, una de las tareas que nos rifamos es estar en la montaña con las cabras, de entre todas las actividades de la granja, es la que más dopamina nos produce.

Lo peor de todo no es eso. Lo peor es, que descuidándonos a los cabreros y las cabras, descuidamos nuestro entorno. Las cabras son guardianas del paisaje. Comen frutos y cagan semillas, y con ello diversifican nuestro valioso ecosistema contribuyendo a la biodiversidad y conservación de la naturaleza.

Allí por donde pasan mantienen a raya matorrales que son carne de fuego fácil en verano. Las cabras deberían ser obligatorias en cada sierra y cada bosque como el método más eficaz para frenar incendios. Nosotros pertenecemos al RAPCA.

Las cabras y tu felicidad

¿Y qué tendrá que ver la velocidad con el tocino te preguntarás? Pues las cabras están directamente relacionadas con tu felicidad. Es así...

Ya que ¿en qué locura de mundo vivimos en el que consideramos riqueza a poseer cosas materiales cuando te aseguramos que la riqueza realmente está en comerte un pedazo de queso bajo una encina al atardecer?

¿En qué locura de mundo vivimos para que los médicos receten a sus pacientes naturaleza contra la infelicidad?...

Locura es que cada vez vivamos más desconectados de la naturaleza, locura es que estemos destruyéndola a pasos agigantados.

Pero sabemos que por ahí todavía quedan cuerdos.

Los cuerdos valoran los productos artesanos, los cuerdos saben que menos, es más, los cuerdos saben que la sencillez está en la naturaleza, los cuerdos son felices con poco.

Los cuerdos saben dónde están la felicidad y la riqueza reales. Por eso los cuerdos buscan este sello cuando buscan felicidad, quiero decir, ¡queso!.

Consumiendo quesos y yogures de Crestellina con su sello de raza payoya 100%:

  • Formas parte del club de los ángeles de la guarda de las payoyas (¡gracias por elegirnos!).
  • Apoyas la profesión de cabrero para que no se pierda (¡y que así no perdamos todos!).
  • Te beneficias de todas las propiedades de un alimento increíble (¡y te llevas a la boca un pedazo de historia y otro poquito de sierra!).
  • Te conviertes en guardián de la naturaleza (¡y cuidas la casa de todos!).
  • ERES FELIZ.
  • El de al lado tuya, también.


Si has llegado aquí, es que eres de los cuerdos. Eres Crestellina.

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